La utilización de fertilizantes orgánicos es una práctica que día a día toma mayor fuerza y protagonismo en el Agro, a razón de los numerosos beneficios que ofrece tanto para el suelo como para las plantas. La incorporación de materia orgánica al suelo mejora sus propiedades físicas, químicas y biológicas, lo que resulta en un suelo más saludable y fértil.
La incorporación de materia orgánica favorece la estructura del suelo al mejorar su permeabilidad y capacidad de retención de agua. Esto facilita la absorción de nutrientes por medio de las raíces de las plantas, estimulando su desarrollo y crecimiento; además, las sustancias húmicas presentes en la materia orgánica forman complejos ricos en fósforo, potasio y nitrógeno lo que permite mayor nutrición y desarrollo de nuestros cultivos.
Otro beneficio importante de los fertilizantes orgánicos es su capacidad para mantener un equilibrio adecuado de nutrientes en las plantas, lo que las hace menos susceptibles al ataque de insectos y plagas. Además, al mantener un suelo fértil con pérdidas mínimas, se obtienen plantas y frutos de mayor calidad.
Es importante tener en cuenta que los resultados de la fertilización orgánica son a largo plazo y requieren un proceso gradual. Durante este período de transición, el suelo mejora su estructura, permeabilidad y actividad microbiana, lo que contribuye a su fertilidad. Por lo tanto, aunque los costos iniciales de manejo del suelo orgánico pueden ser mayores, a largo plazo se traducen en ingresos superiores y menor impacto ambiental.
Veamos algunos de los fertilizantes orgánicos que podemos elaborar de manera rentable y sostenible.
Compostaje
El proceso de compostaje es sencillo pero requiere de ciertos pasos para obtener un abono de calidad. La primera clave es la separación de los desechos; es importante evitar la mezcla de residuos orgánicos con plásticos, metales u otros materiales no biodegradables. Una vez separados, se deben triturar o desmenuzar los desechos para acelerar su descomposición.
Luego, se coloca una capa de material seco (como ramas o paja) en el fondo del compostador, seguido de una capa de desechos húmedos (verduras, frutas, restos de plantas). Se puede espolvorear un poco de tierra para añadir microorganismos al proceso. Esta capa se repite hasta llenar el compostador, asegurándose de mantener un equilibrio entre materiales húmedos y secos.
Es importante regar el compost regularmente para mantener la humedad necesaria para la descomposición. Además, es recomendable remover el compost de vez en cuando para favorecer la oxigenación y acelerar el proceso.
Después de 5- 6 semanas, dependiendo de las condiciones ambientales, los desechos se habrán descompuesto y obtendrás humus.
Turba
La turba es un tipo de suelo hecho de musgo y otros materiales orgánicos como hojas secas, carbón y/o cenizas, su preparación es simple no requiere equipo especial, solo tiempo y agua.
Para hacer turba, es importante mantener la humedad. La mezcla se puede hacer en un barreño tapado con cartones para conservar la humedad en un nivel del 40 o 45%, de esta manera, la turba estará lista en aproximadamente dos meses y medio. Se recomienda remover la mezcla semanalmente al principio y luego cada 15 días para mantenerla activa.
Compost de Estiércol
Obtenido mediante descomposición biológica aeróbica, se da a partir de la descomposición y fermentación del estiércol de vacas, caballos, gallinas, conejos, no se recomienda usarlo en fresco, esto con seguridad quemara las plantas, su proceso de descomposici´no puede tardar de de 45 a 60 días, se debe estar removiendo y no permitir que su temperatura suba de los 35°
Abono Verde
Las plantas que se siembran y cultivan específicamente para ser incorporadas al suelo como material nutritivo son conocidas como abonos verdes. Estas plantas, como la alfalfa, la consuelda o el trébol, no solo aportan materia vegetal al suelo, sino que también tienen la capacidad de fijar el nitrógeno del aire a través de su simbiosis con bacterias fijadoras de nitrógeno. Al ser incorporadas al suelo, estas plantas enriquecen la tierra con nutrientes esenciales, mejoran su estructura y aumentan la fertilidad, contribuyendo así al bienestar de los cultivos que se siembran posteriormente en esa área.
Humus de Lombriz
Para la realización del humus se requiere garantizar una humedad del 70% en un rango de temperatura entre los 15 y 25°, la primera capa que se coloca debe ser material seco, cartón, hojas secas, fibras y humedecerlo, después se añaden las lombrices en esta primera capa para que se acostumbren a su nuevo hábitat, posterior se agrega el material a compostar restos vegetales, peladuras, hojas secas, posos de café o cáscaras de huevo, no se deben incorporar residuos cítricos, restos de proteínas ni animales ni vegetales, tampoco aceites.
Hay que tener en cuenta que cada vez que se añade material orgánico, se debe incorporar material seco, como en la primera capa.
El proceso de generación de humus tarda de 6-8 semanas.
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